Desabastecimiento genera nuevo patrón de consumo

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Inflación y escasez han modificado el patrón de consumo del venezolano, que ya no sale de compras por lo que quiere o requiere, sino por lo que encuentra en el momento.

Al consultar al economista y docente del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), Carlos Jaramillo, sobre cómo ha afectado la pérdida del poder adquisitivo a los venezolanos, el especialista comenta que la inestabilidad económica del país dificilmente permite presupuestar los gastos, afectando así a empresas y ciudadanos.

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En presencia de la inflación, los sueldos no crecen a la velocidad de esta, el presupuesto se hace más corto y la oferta del mercado limitada.

Jaramillo comenta que esto ha generado un cambio en el patrón de consumo de las familias, que han prescindido de gastos para esparcimiento y diversión, han dejado de emplear el servicio de terceros (tintorería, arreglos de hogar y para mantenimiento de vehículos), y han comenzado a realizar estas tareas por cuenta propia.

“El alza de los precios es un fenómeno al que todos estamos acostumbrados y que se genera por los importantes niveles de inflación de la última época… cada vez el dinero alcanza menos y por eso se suprimen los gastos”, comentó analista en finanzas, quien apuntó que los venezolanos, en la actualidad, buscan sustitutos por razones de escasez y costo, y aplican soluciones creativas como pintar o teñir la ropa, a fin de recuperar la pieza y mantener una imagen presentable.

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Por su parte Roberto León Parilli, presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco), expresó que los problemas de abastecimiento no son recientes, sino que se trata de una situación progresiva que ahora muestra su peor momento, lo que ocasiona un problema en la adquisición, ya no de marca, sino del producto mismo.

Parilli ratifica que el venezolano ha comenzado a sustituir los productos, a fin de apalear las dificultades del mercado. Sin embargo, lamenta que esto impacte también la alimentación del ciudadano, que sacrifica la dieta diaria y consume sólo lo que encuentra.

“Ya no se consumen proteínas sino carbohidratos. El dinero no alcanza y los venezolanos no compran frutas o vegetales”, agregó el presidente de Anauco, quien lamenta que no existan los medios para mantener una dieta balanceada y por tanto la salud.

No es la misma compra

“Nos hemos convertido en ciudadanos que salimos no de compras, en el sentido placentero de adquirir y suplir una necesidad o deseo, sino en ciudadanos que vamos a ver qué hay. Ya no importa el tipo, marca o procedencia”, comentó Parilli quien habló de este comportamiento en términos del “nuevo venezolano”.

En este sentido, subrayó que las personas actualmente se preocupan sólo por adecuarse a las necesidades, por lo que la compra ha dejado de ser agradable y se ha convertido en un problema.

Comentó que dicha situación ha afectado las bases morales de los compradores, que se han visto obligados a desconocer sus valores y pagar más de lo debido por un producto revendido o mandar a hacer la cola.

Cambian hábitos de higiene

Parilli refiere que con la escasez de productos de limpieza e higiene personal el venezolano ha dejado de ser exigente, en la selección de sus productos, cuestión que era particular de este país.

“Ya no se puede escoger champú para un cabello o el otro y menos desodorante. Los hombres han optado por dejarse la barba porque no se encuentran afeitadoras y espuma y eso se traduce en un descenso en los niveles de calidad de vida”, manifestó.

Pérdida mayor

Al consultarle a Parilli sobre si Anauco cuenta con cifras que reflejen porcentualmente la pérdida del poder adquisitivo de los venezolanos, refirió que esta es mayor a la inflación expuesta por el Banco Central de Venezuela (BCB) varios meses atrás, ubicada entre el 60% y 70%.

Comentó que tal calculo parte de cifras oficiales, con las cuales tampoco cuentan y que probablemente tales números no se hayan dado a conocer por el costo político que representa, a pesar de que dicha situación afecta más allá de lo económico.

Empresas afectadas por el nuevo consumidor

Jaramillo comenta que lo complejo de la modificación del patrón de consumo es que, históricamente, cuando esto ocurre no se recupera, afectando entonces aquellas empresas que llevan al mercado productos que no son de primera necesidad o suntuarios.

María Colmenárez es ejemplo de esto, ama de casa larense que mientras hacia una cola para comprar harina de maíz y margarina comentó que el dinero cada vez le alcanza menos. Años atrás iba al supermercado y compraba para sus hijos galletas dulces y saladas, pero ahora sólo puede llevar una; las múltiples opciones ya no tienen espacio en el presupuesto del venezolano.

Sobre este respecto, Jaramillo cuenta que las empresas afectadas tienen la oportunidad de reinventar sus productos y estrategias de comercialización. Por ellos que actualmente se aprecie en el mercado envases más pequeños de yogur o presentaciones familiares de bebida, lo que representa en la mentalidad del consumidos un ahorro porcentual.

Subraya que esta situación, sumado a la escasez de divisas, puede hacer que las empresas pierdan espacio en el mercado, no produzcan y se vean obligadas a cerrar.

Parilli recordó que los venezolanos también gozan del derecho de disfrute de biene suntuarios.

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