Si en estricto significado diálogo es una conversación entre dos, se ha extendido su sentido y llamamos así cuando hablan entre sí varios individuos formal o informalmente, como a una reunión de personas que se disponen a compartir, discutir o estudiar un tema. Quizás podemos llamar diálogo el que establecen entre ellas las especies animales: los pájaros parecen entenderse a través de sus trinos y las bestias con los sonidos propios que emiten sus gargantas. Los seres humanos dialogamos entre nosotros y figurativamente podemos platicar con animales y plantas. Con los primeros logramos que ellos acaten nuestras órdenes, con las segundas no sé, aunque hay quien dice que si uno les habla se ponen más bonitas, se desarrollan mejor. Puede se, después de todo la Creación es una armonía de la naturaleza que quiso Dios y así todas sus creaturas nos necesitamos y completamos.
Los hombres podemos y debemos dialogar con los ángeles, sobre todo con nuestro ángel de la guarda, que nos acompaña y nos protege, pero no puede adivinar nuestros pensamientos íntimos, porque no es Dios: hay que comunicárselos. Pero cuidado, no con los ángeles caídos, de ninguna manera, no solo es muy peligroso sino, en el más leve de los casos, completamente inútil. Quien se entiende con demonios en demonio termina, pasa al reino del mal y la falsedad. Lo estamos viviendo. Los seres tenebrosos jamás dicen la verdad, su padre, como lo dijo Cristo, es el padre de la mentira y acomodan la suya a quienes se les oponen. Por eso estoy en contra de todo intento de diálogo entre oposición y este gobierno.
La oposición está compuesta por gente, el gobierno actual no. La gente puede y si quiere, manejar la verdad, este gobierno no, ni quiere ni puede, está atado a su reino. Los humanos gozamos del libre albedrío, los satánicos no, escogieron para siempre el mal y no pueden deshacerse de él. Todo diálogo entre estos grupos, es, si no dañino, al menos sin destino, jamás dará buen fruto.
Insto a la MUD que desista de éste. Que busque otros caminos, los hay: el diálogo insistente y amable con los engañados, la constancia en la denuncia, la presencia en los conflictos laborales o de otra índole, el hacerse sentir como compañía y ayuda de los débiles, los perseguidos, los hambrientos y sin techo, los olvidados de la justicia, estar siempre allí donde haya que extender la mano al otro desamparado. Y, por supuesto, no abandonar nunca la instancia electoral.
Venezuela renacerá sin diálogos de pantomima.
