Crisis laboral y educativa en Padre de las Casas

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En el Liceo Bolivariano Padre de las Casas, situado en Brisas del Obelisco (oeste de Barquisimeto), hay un clima laboral inestable, producto de numerosas situaciones que perjudican a más de 1.500 personas, entre profesores, obreros, secretarias y estudiantes, quienes esperan algún día compartir el conocimiento en un lugar apto para trabajar y educar.

Dicho problema, posiblemente, haya sido consecuencia de la pésima infraestructura escolar, y la intención de hacer cumplir normativas para el desarrollo efectivo de las actividades académicas.

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En el plantel, unos son afectados por la falta de consenso entre ciertos docentes y directiva, pero otros se mantienen en pro de seguir con la formación a más de 1.000 educandos de primero a quinto año.

En la zona catalogada como Patio Central de Padre de las Casas, el paso de 45 años ha hecho lo suyo. Parte de los pupitres carcomidos están arropados por el polvo que se expande sobre pisos agrietados, cuyas bases sujetan paredes que dan resguardo al desinterés evidente de quienes deben garantizar una estructura idónea para la enseñanza-aprendizaje.

Sin embargo, esta realidad no es la única en el liceo, pues en el año 2000, se construyeron dos edificios de tres plantas, donde se ubican 45 aulas, que actualmente se utilizan en la mañana y en la tarde.

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Esos espacios, si bien son nuevos, han sido remodelados por autogestión de profesores y alumnos como parte de diversos proyectos. En estos, hay escaleras deterioradas, puertas sin vidrios y listones plafones sin tubos fluorescentes a punto de desprenderse del techo. Además de pisos sucios y ausencia de ciertas mallas protectoras, que evitarían cualquier accidente desde el tercer piso.

A lo anterior se le suma, que el comedor está disponible pocas veces a los adolescentes. No obstante, se conoció que la próxima semana volvería a funcionar para merienda y almuerzo. Cuando llegó EL IMPULSO, el mismo estaba cerrado y sin rastros de olores que indicaran la preparación de comidas.
Asimismo, alumnos denunciaron insalubridad en los baños y falta de filtros de agua potable, así como deficiencias en áreas verdes y recreativas, lo que lleva a muchos a entretenerse en las afueras del liceo.
Entre normas y deberes

Gregoria González, directora del Padre de las Casas, explicó que en el 2011, cuando asumió el cargo, encontró una matrícula de 300 estudiantes, y en la actualidad, es de 1.490, es decir, que aumentó casi el 500%.

Sobre el estado de las aulas del patio central, dijo que “hace tres años eran habitadas por profesores de cultura, mi persona, y otra docente. Allí, laborábamos nosotros. El resto lo hacía divinamente en el edificio nuevo, pero resulta que en esa época, la cantidad de alumnos disminuyó, porque no daban clases, se les respondía mal a los representantes y sin atender el caso de cada joven”.

Una vez que asumió su puesto, manifestó que comenzó a aplicar la normativa para el cumplimiento de horarios y responsabilidades académicas. “Los profesores que están ‘guarimbeando’ hoy (ayer) lo hacen porque les estoy exigiendo que cumplan su hora de entrada y salida. Hay algunos que se la pasan chateando, mientras los estudiantes reciben pocos conocimientos. El personal estaba acostumbrado a no trabajar.

Estafaban a la nación. Hay quienes cobran 36, 44 y 55 horas, y se retiran de la institución a las doce del día. Como se les está exigiendo cumplimiento, no quieren eso. Se les prohibió que se llevaran estantes, pizarras, y vendieran la comida del PAE”, manifestó.

Ya la Zona Educativa está al tanto de la situación, dijo, pero es su responsabilidad conservar el equilibrio y el respecto a las leyes.

Se sienten afectados

Un grupo de profesores, en compañía de estudiantes que apoyan a la directora y otros inclinados más por las deficiencias de la planta física, denunciaron acoso laboral por parte de González, su jefa inmediata.
Norma Dudamel, subdirectora, señaló que cuando llegó a trabajar el lunes, su oficina estaba blindada. Versión que fue verificada al observar dos grandes candados en la puerta de acceso. “La directora (Gregoria González), se escuda al decir que está con el proceso (revolucionario), y ella manda en la institución. Me viola el derecho a ejercer mis funciones.

Constantemente, nos está grabando con un teléfono celular. Colocó al personal directivo, coordinadores, a dedo, irrespetando que hay personas con más años de servicio”.

Otra que opinó fue Nidia Vargas, profesora de Física. “Estamos muy preocupados desde el punto de vista académico, pues nos estaban obligando a firmar las actas de notas de quienes fueron reprobados y pasaron luego de un examen que aplicó otra gente en las vacaciones. No voy a avalar esos resultados finales.Queremos trabajar en paz y tranquilidad, para emplear las herramientas pedagógicas. Que demuestre la directora con las planillas, las personas que no trabajan, pues son las que ella apoya”.

La ética profesional se ha impuesto en el Padre de las Casas a pesar de las adversidades, aunque hay quienes se niegan a instruir entre el abandono y la indiferencia. Dos visiones de institución que merecen unificarse para aumentar la seguridad y cordialidad entre todos.

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