Dairibi Castillo Sivira, de 23 años de edad, fue asesinada el pasado sábado a las 11 de la noche, dentro de su residencia ubicada en el sector Casa Italia, una invasión al oeste de la ciudad, frente al Hotel Edén.
A esa hora, vecinos cercanos a Castillo escucharon gritos desde adentro de la residencia que los motivó a buscar a una hermana de la occisa, quien vive a pocos metros del hecho. Cuando ésta llegó, vio a su hermana tirada en el piso y herida de gravedad. Sus vecinos creían que ya había muerto, sin embargo, el familiar pidió la ayuda de un señor y logró trasladarla hasta el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales Pastor Oropeza en un carro particular. Allí fue internada, y ya los médicos no presagiaban nada bueno debido a la pérdida de sangre provocada por la lesión en su yugular. Sin embargo, los profesionales indicaron que intentarían operarla y salvarla; minutos después, perdería la vida tras no resistir la operación.
La mañana de ayer, familiares esperaron el cuerpo de la mujer en la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, donde expresaron su dolor por la pérdida y retiraron el cuerpo.
Asesinato pasional
Trascendió que la joven sostenía una relación con Jhoan Alberto Pimienta González, de 25 años de edad, con quien habría permanecido durante los últimos 5 años, y en donde habrían procreado a una niña de 3 años de edad. Sin embargo, el tiempo de relación con Pimienta no fue color de rosa. La pareja tenía registros por violencia de género. Inclusive, familiares afectados indicaron tener fotografías donde se evidencia las lesiones que habría sufrido la joven tras las fuertes golpizas propinadas por, quien presumen, sea el homicida.
Además, se supo que ya existen antecedentes en la fiscalía del Ministerio Público sobre las agresiones de la que era víctima la occisa y, hace un año, ésta se habría mudado a la casa de su mamá a causa de los maltratos. Sin embargo, meses después, Pimienta la buscaría y le pediría que regresara con él. Preocupada por la violencia de su pareja, se supo que Castillo buscó la ayuda profesional de un psicólogo, quien pidió a Pimienta que se hiciera una tomografía para precisar la anomalía, tratamiento que no llevó a cabo. Su violenta naturaleza lo llevó a golpear de forma brutal a una cuñada en diciembre pasado.
Para finalizar, familiares indicaron que la niña de 3 años no hace otra cosa que decir que su papá «cortó» a su mamá; mientras que un pequeño de 6 años, hijo de Castillo en una relación pasada, no ha hablado más después del incidente. Por ahora se desconoce el paradero del supuesto perpetrador de los hechos.
