“¡Legisladores! Dignaos conceder a Venezuela un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar, bajo el imperio de leyes inexorables, la igualdad y la libertad”.
Tal misión la expuso Simón Bolívar el 15 de febrero de 1819 en Congreso de Angostura, a ocho años de inauguración del primer Parlamento que a cuatro meses de actividad declaró nuestra Independencia y a los nueve aprobó la Constitución Federal de los Estados de Venezuela, pionera del mundo hispano.
A dos siglos ese Parlamento (del francés parlement) distorsiona su actuación, bajo Presidencia de teniente que conduce a diputados como personal de tropa. Derecho a parler (hablar) lo concede a su antojo y lo niega a quien no reconozca legitimidad de Nicolás Maduro. Privan violencia e insultos; para mayor vergüenza, la tribuna central la reserva a mediocridad oficial, al igual que la televisora del organismo. Vigente sigue el veto de acceso de prensa a sala de sesiones. Por si fuere poco, suspende dietas y niega presidir comisiones a los adversarios.
La actual Asamblea Nacional (AN) se inauguró el l5 de enero 2011 con delegación legislativa al Presidente, pues la anterior aprobó el 17 de diciembre de 2010 Ley habilitante con año y medio de vigencia. En noviembre 2013 aprobó otra, dizque que para luchar contra corrupción que se “tragar la patria”. En farsa antiyanqui otorga a Maduro una Habilitante Antiimperialista.
En 40 años de democracia hubo seis habilitantes, que en 16 del castrocomunismo igualó en número.
Convencidos de pérdida de la AN ensayan maniobras. Comienzan con negativa del voto para elecciones de Parlamentos Latinoamericano (Parlatino) y Mercosur (Parlasur).
La elección de esta AN la ganó la oposición con 51.15%, pero sólo obtuvo 65 diputados (le correspondían 82). Súmense dos del PPT, aun no oficialista. Con 48, 84% de sufragios el régimen se adjudicó 98 curules. Pero no logró la mayoría absoluta.
Iniciaron sesiones con tres diputados electos presos: Claret Alemán (AD), Biaggio Pilieri (Convergencia) y José Sánchez Montiel (UNT).
Recurren al despojo de diputaciones de Richard Mardo (PJ) María Mercedes Aranguren (Monagas Patriota) y María Corina Machado, independiente. En complicidad de diputado enchufado en UNT a Juan C. Caldera (PJ).
Se quitaron la máscara de UNT William Ojeda; VP Hernán Núñez, quien pese a tener un expediente por estafa fue candidato a Gobernador de Sucre; el ex de shows de dirigencia estudiantil en UCV, Ricardo Sánchez.
Ojalá diputados re valoren el liderazgo parlamentario y no lo usen como trampolín. Que renuncien cuando aspiren a otras posiciones, por lo menos dejan a suplentes cuando estos no estén en el mismo doble juego.
A 11 meses de asumir, 33 diputados opositores se fueron a optar: 1 a Presidencia; 16 a gobernadores y 15 a alcaldes; 1 del Parlatino, para Alcaldía. Vencidos vuelven a curules. Patético caso el de diputado y su suplente que ganaron Alcaldías y nada les importó que se perdiera una curul.
Enfrentar el 39% de abstención para rescatar el civismo del Parlamento que tendrá como reto un referendo contra un Presidente con 80% de rechazo.
Al margen: Otra de la represiva fiscal Luisa Ortega: “Este tema de las redes sociales hay que regularlo. La conducta del hombre en sociedad tiene que ser regulada”.
