Para un niño, el mojar la cama no es materia de risa. No debería serlo tampoco para los padres del niño. Sin alguien que le ayude a hacer la transición a noches secas, un niño puede experimentar efectos psicológicos persistentes. La clave para una transición fácil es que los padres estén bien informados.
Existen diferentes casos al mojar la cama:
Músculos de la vejiga inmaduros Quince de cien niños mojan la cama debido a inmaduros músculos de la vejiga, los cuales no son lo suficientemente fuertes como para retener la orina toda la noche. Estos niños dejarán de mojar la cama tan pronto como su vejiga madure.
Cambios de vida: El estrés en la vida de los niños es la segunda causa de mojar la cama. El estrés puede ser consecuencia de un nuevo hermanito o hermanita, del divorcio, de una mudanza, de una muerte en la familia, o de cambios físicos, tales como la diabetes.
Agitación emocional: Una vida hogareña emocionalmente negativa, puede también conducir a mojar la cama. La inestabilidad emocional del niño puede causar una seria tensión psicológica que se manifiesta físicamente en la incontinencia urinaria nocturna. Los padres y el niño pueden poner en práctica muchas medidas alentadoras para eliminar el problema de mojar la cama:
Tómese el tiempo de escuchar sus miedos y preocupaciones. Haga planes de cómo lidiar con el mojar la cama, cómo hacer que el niño ayude con la limpieza. Asegúreles que no es un castigo, sino una manera para que el niño ayude.
Asegúrele al niño que no se burlará ni lo regañará por mojar la cama. La vergüenza es común en los niños que mojan la cama, lo que añade otra preocupación a sus mentes ya estresadas. Mitigue su preocupación antes de que se vuelva un problema.
Su médico puede prescribir medicinas para ayudar a la vejiga a retener la orina toda la noche. El médico también puede decirle varias técnicas para entrenar la vejiga y para fortalecer su habilidad de retener la orina por más tiempo, tales como ejercicios o timbres silenciosos que alerten al niño para que se despierte.