Hoy la Mesa de la Unidad Democrática, presenta en Barquisimeto sus candidatos a la Asamblea Nacional por nuestro estado Lara. Esos son los hombres y mujeres que respaldo, porque representan la esperanza de un cambio pacífico, democrático y constitucional en Venezuela.
No digo que sean los únicos con derecho a aspirar, ni que otras personas que estimo no lo merezcan. Digo que son mis candidatos porque representan una política, una estrategia, una suma de voluntades muy plural que hemos ido organizando con mucho trabajo y enfrentando muchas dificultades. Ellas y ellos, por lo tanto, no se representan a sí mismos, son mucho más que una aspiración personal la cual no dudo que tengan, son la respuesta a la exigencia de Unidad de un pueblo que merece otra suerte y cuya situación no está para presenciar atónito el espectáculo de los individualismos.
Esta no es hora de solistas, es hora de las orquestas. No es momento de estrellas solitarias, sino de movimientos estructurados en organizaciones. Porque la política grande, la que aspira a impulsar cambios trascendentes, es deporte de equipo no juego individual.
Podría decir que el sistema electoral, diseñado por el poder pensando en su beneficio, aconseja descartar por inviables los proyectos personales. Podría decir que no es tercera opción una agregación de descontentos distintos e incluso opuestos entre sí. Podría decir que para ser eficaz en la Asamblea hay que formar parte de una bancada grande al servicio de una política que busque cambiar las cosas.
Podría decir que la división de los demócratas solo beneficia los que quieren seguir pegados del poder, chupando hasta la última gota sin darse cuenta que están enflaqueciendo y enfermando a una nación postrada y sin fuerzas. Todo eso es verdad, pero hay solo una cosa que quiero decir.
Esta es una elección entre la continuidad y el cambio. Gana el gobierno y seguimos en esa pendiente de descalabro, deterioro, empobrecimiento. O gana la Unidad y tenemos una Asamblea Nacional útil, que se ocupe de lo que se tiene que ocupar. Que cumpla con su deber constitucional de representarnos a todos, legislar para todos y controlar en interés de todos la gestión pública y la administración de los recursos que son de todos.
Aquí el tema no es el nombre de tal o cual persona. Lo que está en juego es el país. Y nadie tiene derecho a creerse más importante que el país entero. Que bastante hemos sufrido los venezolanos por causa de los que confunden la Historia de Venezuela con su biografía personal.
Estoy con los candidatos y candidatas de la Unidad no por sus méritos personales, que los tienen. No por sus capacidades, que las tienen. Tampoco porque ignore sus defectos, pues desde que dejé de ser niño, y de eso hace bastante, no creo que exista ser humano perfecto. Estoy con ellos y ellas porque estoy con la Unidad, que es la única propuesta real para cambiar que tenemos.
