Caminito que un día – Efemérides de luto y de bochorno (5)

-

- Publicidad -

Como muchas otras, hay grupos de poder que ocultan la fecha cuando a Barquisimeto, con apariencia legal en una demarcación oficial, se le escamotearon poco más de 50% de sus ejidos,”donados” por el gobernador Diego de Osorio con la expresa prohibición de que nadie se entrometiera “a perturbar a la dicha ciudad el uso y ejercicio de lo que va declarado…”, mandato que desde un principio, los miembros de la élite neosegoviana interpretaron en sentido contrario y no conforme con la propiedad adquirida, total y absolutamente en las fértiles tierras de los valles de los ríos Barquisimeto y Yaracuy, validos de todo tipo de artimañas y uso abusivo del poder, se apropiaron, sin beneficio alguno para el municipio, de aquellas tierras supuestamente destinadas a proveer de rentas al Cabildo.
En 1611, un vecino llamado Gerónimo Barrera, acudió ante las autoridades reales solicitando conformación del título de ejidos por tener graves indicios de que las tierras pertenecientes a la ciudad estaban siendo ocupadas ilegalmente.
Nada detuvo, sin embargo, a los más conspicuos representantes de la sociedad esclavista de Barquisimeto y en 1755, el Teniente Justicia Mayor Jerónimo Clavijo y Treviño conoció de una solicitud que le hizo el Sargento Mayor Ambrosio Canelón de “…amparar a la ciudad en lo que ha gozado de inmemorial tiempo, mandando se haga por personas peritas, reconocimientos de los linderos que se le señalaron y que nuevamente se hagan, a las partes que estuviesen confusas y obligar a los que se hallaren dentro de dicha demarcación a que paguen lo que legítimamente debieren…”
El remedio fue peor porque como resultado de la demarcación realizada el 22 de diciembre de 1755, la tierra municipal comprendida desde los límites actuales con el estado Yaracuy hasta la quebrada Los Coro, llamada ahora La Guardia, cerca de Quíbor, se redujo, o la redujeron, no sabemos si con la complicidad de Canelón o por su desconocimiento total de los límites ejidales, quedando, según el fraudulento alinderamiento hecho “… hacia el Poniente hasta el frente de Los Corrocos que señala por linderos la demarcación de propios por la parte del Poniente de la ciudad, de suerte que montados en los dichos corrocos que son unos cerrillos que están en la punta de la loma de Ataroa que es de Don Felipe de Alvarado, se mira en derechura a la quebrada de los altos donde están los vestigios del molino de Juan de Mora, y tres cerritos que están en la parte Norte de dichos Corrocos faldeando la serranía que sigue al cerro gordo del otro lado del camino que va a los Cámagos por lo que señalé por lindero la misma serranía que sigue al cerro Gordo por la parte Norte y los dichos cerrillos y corrocos por la parte del poniente de dicha ciudad, y mandé poner en dichos corrocos y en los citados cerrillos una cruz grande que sirva de lindero”.
Esta mutilación de los ejidos de Barquisimeto en más del 50%, repetimos, sirvió a los terrófagos para llevar a cabo los más bochornosos e ilegales negocios con las tierras del oeste barquisimetano y las posesiones existentes en esa zona, tiene ese ilegal origen, salvo las excepciones del caso que posiblemente existan, y los supuestos intentos municipales por reivindicar sus derechos ejidales, casi siempre terminan con resultados negativos, por lo que debe anotarse como efeméride bochornosa para la historia ejidal de Barquisimeto esta fecha de 22 de diciembre de 1755, de la cual van a cumplirse próximamente 259 años de ocultamientos y negocios poco edificantes en detrimento del colectivo urbano.

Pulsa aquí para apoyar la libertad de expresión en Venezuela. Tu donación servirá para fortalecer nuestra plataforma digital desde la redacción del Decano de la Prensa Nacional, y así permitir que sigamos adelante comprometidos con la información veraz, como ha sido nuestra bandera desde 1904.

- Publicidad -

¡Contamos contigo!

Apóyanos aquí

- Publicidad -
Artículo anterior
Artículo siguiente

Más leido hoy

- Publicidad -

Debes leer

- Publicidad -
- Publicidad -