Apunta Silva Uzcátegui, que el primer vehículo automotor que llegó a Lara, fue importado directamente de Europa con destino a Duaca.
“Llegó a Puerto Cabello a finales de agosto de 1904”, según reseña el Eco Industrial del 2 de septiembre.
“Un automóvil. Ayer fue probado en nuestras calles el automóvil que fue importado con destino al estado Lara, por un comerciante de aquellos lares. Entre los paseantes se encontraba nuestro digno jefe civil, Coronel Julio C. León y otros apreciables caballeros, más quienes se sintieron satisfechos del buen resultado de estos cómodos aparatos, hasta hoy en Venezuela solamente conocidos en la capital de la República”.
El propietario del automotor residía en Duaca y el “aparato” fue transportado en vapor de Puerto Cabello a Tucacas, y de allí a través del Ferrocarril Bolívar hasta Duaca.
Pese al anuncio de ser exhibido en Barquisimeto, el escenario se vio frustrado porque los paseos por la bucólica Duaca agotaron el combustible.
Luego de una querella legal, el vehículo fue embargado y trasladado a Barquisimeto y depositado en una casona del señor J. Hanser situada en la esquina de El Rebote. Más tarde, fue trasladado a Caracas con destino a Europa nuevamente.
La prensa reseñó los primeros vehículos
En 1913, siete años después del frustrado intento de ver un vehículo en las empedradas calles de Barquisimeto, Ignacio Ortiz y Francisco Agüero, ricos propietarios de la ciudad, llegaron de Europa “con sendos automóviles franceses marca Clement Bayard, para uso particular”.
El Nuevo Diario de Caracas, reseñó el 31 de enero de 1931, la siguiente noticia transmitida telegráficamente desde Barquisimeto:
“Barquisimeto, enero 29. En la mañana de hoy recorrió las calles de esta ciudad el magnífico auto del Sr. Ignacio Ortiz, guiado por él personalmente. Le acompañaban su hermano el Gral. Lino Díaz, hijo y otros amigos”.
A principio de 1915, ya había en Barquisimeto, 11 automóviles según noticias publicadas en El Universal el 11 de enero, transmitida por el telégrafo en donde informa que en casa del señor Daniel Camejo Acosta, “se realizó una reunión de los dueños de vehículos que hay en esta ciudad, con la finalidad de ofrecer al progresista primer magistrado del estado Gral.
Torrellas Urquiola, un obsequio de sus autos una gira a donde él lo disponga”.
El día 13, el mismo diario publicó que “la romería se efectuó hacia Duaca”. Salió a las 7 de la mañana con entrada al pueblo a las 11, para ser recibidos con un banquete de 140 cubiertos en la casa de la señora Manuela de Manzanares.
“Acompañaban al general Presidente, su señora esposa y un grupo de damas y caballeros de los más distinguido de nuestra ciudad. El desfile fue atrayente por la perfección que presentaba el conjunto de 12 automóviles marchando de seguidas”.
La perdición del mundo
La llegada de los primeros vehículos convulsionó a Barquisimeto. A su paso por las empedradas calles, muchas personas “se espantaban a correr por el miedo que estas máquinas le causaban”.
Al escuchar el rugido de los motores, dentro de las casas, a través de los postigos de puertas y ventanas, “las beatas se santiguaban vociferando que estas máquinas sobre ruedas serían la perdición del mundo. Había otros que al escuchar estos aparatos acercarse, corrían despavoridos».
Fotos: Colección Tito Mendoza, Luis Suárez, Romel Escalona
Fuente:Eliseo Soteldo. Crónicas de Barquisimeto
Rafael Domingo Silva Uzcátegui. Barquisimeto. Historia Privada, Alma y Fisonomía
Lucila Mujica de Asuaje. El Ferrocarril Bolívar de Tucacas a Barquisimeto
Otto Acosta. Barquisimeto. Eran otros Tiempos