A Ramón Mujica le tocó revivir un trago amargo ayer. Por segunda vez perdió un hijo de manera violenta, esta vez le tocó llorar la muerte de Antony Ramón Mujica, de 22 años de edad, a quien dos hombres a bordo de una moto lo acribillaron frente a sus dos hijos y la esposa.
En el hecho también hirieron de dos disparos al pecho a su nieto de tres años. Mientras veía el cuerpo inerte de su hijo dentro de un terreno abandonado y boscoso, ubicado en la calle 1 del barrio Doña Juana, al oeste de Barquisimeto, recordó que el 20 mayo de 2001, su sobrino (hijo de crianza) Carlos Luis Riera de 15 años se disparó en la cabeza accidentalmente mientras manipulaba una escopeta.
En ese hecho otro de sus hijos Edixon Mujica, quedó parapléjico tras recibir un proyectil en la frente. “Compadre, usted recuerda que hace 12 años viví una desgracia el día de Jacinto Lara, bueno hoy me mataron a mi otro hijo Antony; lo estoy llamando para que me preste dinero porque no tengo el dinero completo para enterrarlo”, dijo por teléfono mientras tragaba grueso para no romper en llanto.
Antony Ramón aprovechó que no tendría que ir a su trabajo en Mercabar ayer, porque era día de fiesta, y salió con su mujer y sus hijos de 3 y 1 años a vacunarlos en el CDI del barrio Doña Juana contra el virus de H1N1.
Cuando caminaba por la calle 1 con calle 3, dos hombres a bordo de una moto se le atravesaron y le dispararon. Antony, herido, corrió hacia un terreno abandonado, al parecer buscaba saltar la pared trasera de la propiedad para ponerse a salvo, pero antes de hacerlo sus homicidas lo alcanzaron, lo remataron y huyeron sin dejar rastro. No le robaron nada.
Durante el ataque el hijo mayor del hombre resultó herido de dos disparos al pecho.
La gente, desesperada, lo montó en un vehículo particular y se lo llevaron a la sala de emergencia del Seguro Pastor Oropeza.
“Primero se escucharon cuatro disparos, hubo un silencio y luego sonaron unas ocho detonaciones más, yo creo que le vaciaron una pistola completa”, dijo una de las vecinas curiosas que estaba en el sitio y quien no quiso identificarse por temor a represalias.
“Ay Dios mi niño, mi amor ¿Por qué te mataron? ¡Ay mi hijo por qué me lo mataron, mi único hijo!”, gritaba desesperada Mirla Mujica, madre del joven quien estaba sentada y temblorosa en la acera de la calle, rodeada de varios familiares que trataban de calmarla.
“Él estaba conmigo en la casa y se vino para vacunar a los niños, me dijo que no tardaba, pero al rato me llamaron por teléfono para decirme que lo habían matado; mi pobre muchachito”.
Funcionarios del Cicpc llegaron al sitio e iniciaron las investigaciones del caso.
Colectaron diversas conchas de bala 9mm e interrogaron a varias personas sobre los hechos.
Decenas de curiosos llegaron al lugar consternados por el hecho. “Esta zona por acá no es peligrosa. Primera vez que ocurre algo así por aquí”, comentó en voz baja un joven .
Antony Ramón trabajaba en el Mercado Mayorista de Barquisimeto (Mercabar) vendiendo guayabas. Vivía junto con su esposa y los dos hijos en Prados de Occidente, cerca del lugar donde lo mataron.
