A las ocho de la mañana de ayer, llegó el coche fúnebre a la Comandancia General de la Policía del estado Lara, con los restos del oficial jefe Javier Jesús Colina Pérez, de 29 años, quien perdió la vida el pasado primero de enero, cuando estaba atendiendo al llamado de una emergencia.
De la mano de sus compañeros el féretro fue llevado hasta el pasillo principal de la Comandancia. Allí fue abierto para que sus compañeros y familiares le dieran el último adiós.
Una misa presidida por el capellán de Polilara, el padre Oscar Fréitez, fue realizada en la Comandancia de la Policía. Lamentaron la partida del uniformado.
Compañeros del uniformado no fueron menos valientes por mostrar sus sentimientos y con lágrimas en los ojos, decirle adiós a quien murió por servir al otro.
En el acto se encontraba el comisionado Luis Rodríguez, comandante de Polilara, Argenis Montero, segundo comandante, otros uniformados de alta jerarquía y Marisol Vargas, comandante de la Policía Municipal de Iribarren.
Rodríguez fue el encargado de entregar a la madre de Colina Pérez, el acuerdo de duelo de la institución y su ascenso post mórtem, el cual le correspondía por fallecer en acto de servicio. El uniformado de ser oficial jefe, pasó a supervisor.
Dentro del acto indicaron que el funcionario caído ingresó a las filas de Polilara en el año 2005, era curso 25, iba para diez años en el ejercicio de sus funciones. Estuvo en las comisarías de Palavecino, Unión, Norte, Fundalara y tenía menos de un año en Metropolitano. Siempre perteneció a la unidad patrullera, con una conducta intachable dentro de su carrera.
Salen a relucir algunos apodos
Sobre el caso donde murió el ahora supervisor de Polilara, Javier Jesús Colina Pérez, de 29 años de edad, las investigaciones están bastante adelantadas.
El comandante de Polilara, Luis Rodríguez, indicó que dos de los delincuentes estaban plenamente identificados, sin embargo no hablo de quiénes eran.
Se pudo conocer por personas allegadas a la investigación, que algunos de los apodos que han salido a relucir en medio de las entrevistas a testigos sería el de El Ronald, Garimpeiro y el Nene, presuntos azotes de la zona, específicamente de las calles 42 y 43, lugar donde fueron los hechos y quienes se encuentran fugados del lugar desde que se cometió el crimen del uniformado.
