Claro y directo, Rafael Dudamel cargó contra el arbitraje tras la derrota del Deportivo Lara frente al Aragua FC, 1-2, en el inicio del Torneo Adecuación.
A su criterio, el cuadro crepuscular fue perjudicado por el juez principal (el zuliano Edixon España), debido a las expulsiones de Rosmel Villanueva y Oswaldo Chaurant al final del primer tiempo, además del penalti sentenciado -mano de Carlos “Kaki” Rivero- que lo le queda muy claro.
“Puedo decir que le quedó muy grande el partido, un encuentro televisado para todo el país con dos equipos que vienen de realizar un gran esfuerzo en la pretemporada, con instituciones y empresarios que invierten dinero, y en 95 minutos ellos (los árbitros) se encargaron de tirar todo por la borda”, señaló Dudamel, según recogen declaraciones enviadas por el departamento de prensa del club.
Todo ocurrió en cuestión de minutos y le cambió la cara radicalmente al desafío. El cuadro rojinegro había ejercido claro dominio hasta entonces y mandaba en la pizarra desde el minuto 7, gracias al magistral gol de Jacobo Kouffaty, una de las contrataciones para el actual certamen y que parece ir por el mismo camino de Renzo Zambrano. Había mostrado una buena cara el elenco larense hasta entonces, con mucho volumen de juego en ataque y solidez en defensa.
La “pesadilla” comenzó en la fracción 41, cuando el principal detuvo el encuentro mientras los jugadores forcejeaban en el área del cuadro larense, a la espera de un corner. El silbante llamó a Villanueva y a Yamit Cuestas para mostrarles tarjeta amarilla, como castigo a una “pugna” que suele darse decenas de veces en los partidos y generalmente es frenada con una amonestación verbal.
El detalle para el Deportivo Lara es que ya Villanueva había sido amonestado y por ende recibió la roja. De inmediato, la andanada de reclamos por parte de los jugadores del conjunto rojinegro, muchos de ellos pasados de revolución como el caso de Chaurant.
Momentos luego otra acción para la polémica: cobro de esquina, salta Rivero junto con un rival del Aragua, la bola le da en la mano y es sentenciado el penalti. A un costado, el asistente levanta la bandera para hacer una acotación, pero el principal ratifica su sentencia.
Allí vino la segunda expulsión, cuando Chaurant encaró al árbitro con un fuerte reclamo y fue mandado a las duchas. Para colmo de males, Ángel Chourio anotó el tanto y colocó el 1-1 en el tanteador.
Quedaba, entonces, una dura tarea para el elenco de Dudamel, porque jugaba todo el segundo tiempo con dos menos y debía aguantar al menos el empate para no irse con las manos vacías. Casi lo logra, porque fue al 90+3 cuando encajó el tanto de la diferencia, un zurdazo al ángulo de Jesús Lugo ante el cual nada pudo hacer Eduardo Herrera.
“Es difícil poder reaccionar con tranquilidad ante la provocación e incitación de agresividad de la terna arbitral. Luego del primer tiempo yo hablé con mis jugadores para conocer lo sucedido dentro de la cancha y todos coincidieron en que ellos (árbitros) se refirieron a cada uno ellos (jugadores) con palabras obscenas y de una manera muy irrespetuosa”, se quejó el timonel del club larense, para quien su equipo jugó “con orgullo, entrega y profesionalismo”, al hacer frente a cada una de las adversidades que encontró.
“Línea por línea el equipo cumplió a cabalidad lo que dentro de las limitaciones con dos hombres menos se había planteado. Se nos escapó por segundos un resultado que habría sido meritorio”, adicionó el exportero vinotinto.
Con el sabor agridulce a flor de labios, el club inicia este martes los entrenamientos para el careo de la segunda fecha frente al Caracas, el domingo en el Olímpico, frente al cual debe hacer ajustes en defensa.
