Los audios de Mario Silva y el presentado por el diputado Juan Carlos Caldera demuestran el descalabro moral de la política, en opinión del profesor Andrés Canizales, especialista en análisis de la comunicación social.
No colocaría a estos dos audios en la misma categoría, porque son cosas distintas, aunque en el fondo usen el mismo formato, explica. El relacionado con Caldera es parte de un escándalo que él tiene abierto desde septiembre del año pasado y de alguna manera ese parlamentario trata de limpiar su imagen.
Mientras que en el caso del audio difundido por Mario Silva, difundido por Ismael García, hay otra finalidad, como sería dirigido al universo del chavismo, para generar en esa corriente un debate sobre la forma poco ética en que se han manejado los personeros de las altas esferas del gobierno y de la Asamblea Nacional.
-¿Qué alcance tienen en la opinión pública?
-Creo que en general la gente puede percibir cuándo hay un tipo de segundas intenciones y de alguna manera tenemos un público politizado, motivo por el cual sigue con atención estos hechos.
Lo revelado por Silva tuvo un impacto importante. Me atrevería a decir que fue como una bomba que explotó en el seno del chavismo, porque si bien sabían estas cosas que la gente comentaba por diversas vías, lo importante es que un personaje protegido por el presidente Chávez revele, sin cortapisas, la forma cómo se manejan las esferas del poder.
En cambio el audio de Caldera no creo que vaya a tener un impacto significativo en la medida en que se le ubica como un instrumento para limpiar su figura; pero, termina siendo como un documento extemporáneo.
Estamos diciendo que esas conversaciones fueron en abril del año pasado, previo al escándalo que lo envolvió a él.
Como terminó siendo más escandaloso ese video donde se le muestra a él recibiendo el dinero, no creo que esa mala imagen que tiene ante la opinión pública se vaya a revertir del todo.
