Abuelos esperan hasta 8 horas para cobrar su pensión

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De madrugada se levantan los abuelos para acudir los 20 de cada mes a buscar la tan esperada pensión de vejez del Seguro Social, una travesía que se ha vuelto caótica debido a la gran cantidad de pensionados que se ha incorporado a las diferentes entidades bancarias de la ciudad donde se cobra este beneficio.

Ayer no fue la excepción. Los bancos se encontraron abarrotados de abuelos que desde muy temprano acudieron a realizar el cobro. Si bien hay un lapso prolongado para ir a retirar el dinero, la necesidad no les permite esperar mucho más.

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En la Plaza Altagracia, vecina de un concurrido banco comercial donde ya es tradicional ver a los abuelos realizar su respectiva cola para cobrar su pensión, la fila era más que impresionante. Los adultos mayores se llenaban de paciencia para lograr entrar al banco a realizar el trámite.

Muchos se quejaron del engorroso proceso en el cual pierden más de 8 horas en la eterna espera.
Omar Aguilar, uno de los pensionados, relató su odisea: se levantó a las 3:00 de la mañana y, en la oscuridad, solicitó a uno de sus hijos el favor de trasladarlo hasta el banco y allí bien temprano comenzar la odisea. Aún a las 10:30 de la mañana, permanecía en la cola, con un gran número de personas por delante y sin la esperanza de llegar a su hogar para almorzar a una hora decente.

“Es un proceso infernal, tenemos que amanecer en el banco para salir a eso de las 3:00 de la tarde, nos llenamos de paciencia para venir a cobrar porque no nos queda de otra. Necesitamos el dinerito para poder comprar medicinas y comida, pues tampoco alcanza para mucho”.

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Quienes ya tienen años de experiencia en el cobro de pensiones se van preparados, con desayuno en mano aligeran la cola, mientras que otros se arman con sus sombrillas y banquitos, el periódico del día o un libro, conversan con sus compañeros de cola y sobre todo intercambian penurias e historias durante la larga espera.

Los comerciantes se colocan en las cercanías a ofrecer sus productos, jugos, maltas, empanadas, arepas, churros, todo sirve para calmar la ansiedad y el hambre en la cola.

En un centro comercial cercano, les quitan entre 1 y 2 bolívares para prestar el baño a los abuelos y abuelas, a quienes no les queda de otra que pagar para poder hacer sus necesidades.

Fotos: Simón Alberto Orellana

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