A mi ciudad cumpleañera y a EL IMPULSO

Esta bella ciudad se fundó como Nueva Segovia de Barquisimeto hace 462 años, cuyo nombre indígena fue Variquecemento, nacida entre dos vegas, las del río Turbio y la del valle de las De las Damas, en medio del color de las cenizas de sus aguas, pleno de crepúsculos irrepetibles, románticos, impredecibles, de formas asombrosas que engalanan el cielo bajo hermosos atardeceres, que nos brindan imágenes múltiples y multicolores, donde soñamos siempre bajo el prisma de la esperanza.
Así nació esta ciudad amigable, provinciana y también cosmopolita, conocida siempre como la ciudad de los crepúsculos, con un señorío especial donde ostenta también el nombre de la Perla de Occidente, en donde además se le denomina como la capital musical de Venezuela, hoy proyectada como “la ciudad ideal”, expresión ontológica de nuestro gentilicio, ejemplo a seguir por todas las demás ciudades del planeta, además de ser ella multifacética en la policromía expresada tanto en la belleza, como en la elegancia de sus damas, en toda sus edades y condición personal, producto del mestizaje integral para la interacción humana, fundada ella por Juan de Villegas en  el año 1552, donde se logró una excelente buena convivencia entre los europeos y los caquetíos, gayones, xaguas, jirajaras, con la integración de miles de foráneos, llegados en varios tiempos para enriquecer el gentilicio.
Nuestra riqueza musical especial está igualmente signada en la importancia de nuestras raíces mestizas, ante un público muy exigente, difícil de complacer, donde lo logró exitosamente la Orquesta Mavare en el siglo XIX, creada por Miguel Antonio Guerra, dirigida por Napoleón Lucena, con un centenar de piezas, símbolo de los larenses, que nos conmueven, tales como Endrina, melodía que engalana el paso, en cada visita de nuestra Pastora del Almas, cada 14 de enero.
Para finalizar manifiesto mis mejores deseos, como ciudadano, que añora ser partícipe de una fastuosa ciudad, donde palpemos el crecimiento y el desarrollo pujante, de este lugar del planeta enrumbado hacia el futuro, donde haya ante todo seguridad para la ciudadanía con el compromiso serio de nuestros gobernantes en mejorar su viabilidad así como su señalización e iluminación, donde brille la esperanza en lograr una mejor convivencia ciudadana, en medio del respeto y la paz, sin mendicidad como forma de vida, recuperando la buena inter relación colectiva que tanto deseamos en toda nuestra sociedad, donde  continuemos teniendo a EL IMPULSO, icono permanente de la defensa de la libertad de expresión y una ventana diaria infalible, el cual no debe cerrarse, sino por el contrario debe continuar abierto, motivando y estimulando a que sean creadas otras ventanas para la pluralidad del pensamiento como parte fundamental de la libertad de expresión, iluminando siempre todos nuestros amaneceres. Que Dios bendiga a Barquisimeto.