Luego de la fuga de privados de libertad de la Comunidad Penitenciaria Fénix la madrugada del pasado sábado, se conoció que ayer, 275 presos recluidos allí, fueron trasladados a las instalaciones del Centro Penitenciario David Viloria, antigua Uribana, ubicada al lado de dicha infraestructura.
No se conoce el por qué de la medida, sin embargo, familiares de los detenidos que habrían sido citados para hoy, indicaron que la mañana de ayer, se pasó una lista de los 8 detenidos que permanecen en las nuevas instalaciones y se les indicó que el resto fue llevado a la vieja sede.
Además, se ratificó la medida que suspende las visitas de los familiares a los privados de libertad de esta comunidad penitenciaria, «como castigo por la fuga de los otros presos», dijeron familiares afectados, sobre las justificaciones de las autoridades del retén para quienes esperaban afuera. Mientras, familiares de los recluidos en la antigua Uribana sí podían cumplir con normalidad la visita a sus familiares.
Se conoció extraoficialmente que el número de fugados se habría incrementado a 17; uno de ellos fue recapturado por la Guardia Nacional Bolivariana, mientras que cuatro agentes de este cuerpo de seguridad que prestaban guardia el día de la fuga están detenidos.
Hablan los familiares
Muchos de los allegados, procedentes de varias partes del país, permanecían apostados en las afueras de las instalaciones penitenciarias, molestos por la medida que no los dejó ver a sus familiares recluidos, «tengo meses que no veo a mi hijo», se dejaban oír las voces de familiares, mientras que algunos indicaban tener 6 meses y, en el caso de Maryori García, hasta año y medio.
«Él estuvo recluido en El Dorado (cárcel cerrada el año pasado) y luego lo enviaron para Fénix», dijo García, «ahora lo mudaron para Uribana pero no sé nada de él, porque no aparece en ninguna lista», expresó.
Trascendió que los reos fueron trasladados en la madrugada del domingo, bajo fuertes medidas de seguridad y, además, tapando sus rostros y cuerpos, lo que imposibilitó ser identificados por los familiares que ya habrían llegado para hacerle visita.
La desesperación forma parte del ambiente que viven las personas que permanecen en las adyacencias del complejo, muchos de ellos arriban el mismo día para traer insumos a sus allegados recluidos. La incomodidad del sol, del calor y la incertidumbre del por qué de las medidas, además de las condiciones en la que se encuentran sus familiares, provocaron las molestias y el dolor de la mayoría de las madres, quienes dejaban soltar lágrimas ante lo vivido. Algunas de las personas que declararon guardando el anonimato explicaron que las visitas no se restablecerán hasta dentro de 15 días.
Además, los mismos declarantes indicaron que los recluidos son objeto de maltratos y falta de atención, debido a las precarias condiciones en las que son mantenidos en dichas instalaciones del nuevo complejo. “Cuando mi hijo me llama para decir que venga un día de visita, me dice que le lleve comida, ropa y agua, porque la comida siempre es la misma, lo tienen sin uniforme y sólo dejan pasar un garrafón de agua de 5 litros para un mes”, dijo una de las madres, quien mostraba su preocupación por no saber las condiciones de salud de su hijo durante el último mes.
Para finalizar, muchos de los familiares expresaron que sus allegados pasan tiempo de ocio que los lleva a pensar en diferentes vías de fuga, además de culpar al Ministerio de Asuntos Penitenciarios de no cumplir con lo prometido respecto a materiales destinados para los talleres de artesanía.
