Un joven de 17 años de edad murió luego de más de doce horas de agonía. El muchacho recibió una de las balas destinadas al sicariato de otro hombre, ejecutado con éxito.
Jóvenes vestidos con uniformes escolares, lamentaban la muerte de su compañero de estudios.
Luis Enrique Freites expiró su último aliento en una cama de hospital, al que ingresó luego de que la infortuna de estar en el lugar y en el momento equivocado le cobrara una muy alta factura.