Las familias González y Urrutia tienen origen canario y llegaron a los valles de Aragua, en los tiempos de la independencia, para dedicarse a las labores agrícolas, asentándose en La Victoria, relató el profesor Pedro Pablo Alcántara.
Al referirse a ellas, el profesor Alcántara, parlamentario, analista político y presidente hace hincapié en la parentela del hoy candidato de la Plataforma Unitaria, doctor Edmundo González Urrutia, puesto que en sus antepasados hubo dos primeras damas: doña Belén Estévez Yánez, nacida en 1830 en El Tinaco, población intermedia entre San Carlos y Tinaquillo; y doña Isabel González Esteves, nativa de La Victoria, donde nació en 1846.
La primera casó con Francisco Linares Alcántara, quien fue presidente de Venezuela y la segunda con Raimundo Ignacio Andueza Palacios, que había sido ministro de Relaciones Exteriores y de Hacienda del anterior y luego fue elegido por el Congreso, como ocurría antes, presidente de la República, durante cuyo mandato inauguró el acueducto de Barquisimeto y el tramo ferroviario Aroa-Barquisimeto.
Conviene destacar que Belén Esteves Yánez tenía entre sus parientes a la familia Urrutia, de La Victoria, y los visitaba con frecuencia en esa ciudad, donde por cierto conoció a Linares Alcántara y casó con él, con quien se fue a vivir a Caracas cuando fue nombrado presidente del país. En ese entonces el poder Ejecutivo tenía como sede La Casa Amarilla.
De doña Isabel González Esteves, pariente de los González de La Victoria, se sabe que era muy religiosa y con frecuencia visitaba iglesias e instituciones dirigidas por las monjas, motivo por el cual cuando visitó Cuba estuvo en un hospicio de infantiles huérfanos y abandonados cuando una niña, nada más al verla, corrió hacia sus brazos al tiempo que le decía: ·Mamá, mamá, gracias a Dios, que viniste…” Ese gesto sorpresivo impresionó a la primera dama de Venezuela, quien no podía concebir hijos, y tras hablar con la superiora de la institución logró traer la niña a Venezuela, donde ella y su esposo la adoptaron, criaron y la convirtieron en una buena mujer, que casó y tuvo familia.
Los detalles de que dentro de la familia González Urrutia haya habido en el pasado dos primeras damas es motivo para ser tomado como un buen augurio para el hoy candidato presidencial de la Unidad Democrática, cuya trayectoria como diplomático es la mejor carta de referencia para ser considerado una buena opción a la presidencia de la República.
Es de resaltar que dentro de sus funciones tuvo participación en las gestiones hechas por el canciller Arístides Calvani para restablecer la paz en Centroamérica y, particularmente, al doctor González Urrutia le correspondió un papel especial en El Salvador, donde la guerrilla accedió a deponer las armas.
Cuando González Urrutia estudió en la Universidad Central de Venezuela fue el principal dirigente estudiantil de Copei, en los tiempos cuando la guerrilla en nuestro país había captado las simpatía
del estudiantado venezolano.
El hoy candidato presidencial comenzó su carrera durante el primer gobierno de Rafael Caldera al ser designado primer secretario de la embajada en Washington y la continuó hasta el año 2002 cuando se desempeñaba como embajador en Argentina y ejercía la presidencia de Hugo Chávez.
Desde el primer gobierno de Caldera hasta el de Chávez, todos los presidentes reconocieron el trabajo diplomático de González Urrutia y uno tras otro respetaron su intachable carrera, donde demostró capacidad, condiciones especiales para la mediación y honestidad a carta cabal, exaltó el profesor Alcántara. Desde que los factores democráticos y María Corina Machado le dieron su apoyo unánime ha mostrado interés en conversar con Nicolás Maduro para lograr que haya una transición sin traumas en Venezuela, pero aunque no se ha logrado ese encuentro, persiste en la idea porque es la más conveniente en estos momentos porque las encuestas, según demuestran la intención del voto, hoy es la figura más sobresaliente para ser electo presidente el 28 de julio.
